Fórmula 1: reflexiones
Hay pilotos que
vuelven a competir, y otros, menos
conocidos, han dejado pasar sus oportunidades para ser
titulares. En determinados casos
ser tercer piloto les reditúan buenos dividendos económicos, pero
sus trayectorias en el ámbito de la F-1 con el objetivo de ser
asiduos pilotos efectivos ya han sido superadas.
La F-1
contemporánea se ha vuelto tan exclusiva, que algunos pilotos quedan
al margen para formar parte de la competición activa. Ello rendiría
beneficios y satisfacciones a pilotos, escuderías, patrocinadores y
público en general, siendo el medio
adecuado para probarse y saber cuáles son sus actuales condiciones.
Las autoridades
de la categoría están anteponiendo
el dinero por sobre las condiciones humanas, lo cual ha transformado
a la F-1 en un deporte entre comillas. No se les dan las
oportunidades necesarias a varios pilotos para demostrar sus
aptitudes. Se trata de analizar quiénes tienen las mejores
relaciones, influencias y dinero para ganar favores,
y se toma muy en cuenta si la manera de pensar y actuar se
adecua mansamente a la Federación Internacional del Automóvil, que
es el ente rector de la F-1.
Los espectadores
han evolucionado a través de los años y
saben que esta categoría ha decaído. Su nivel humano en altos
puestos jerárquicos ya no tiene la calidad que demostró en otras
épocas.
La presencia
cada vez más acentuada de países con poca tradición automovilística
deportiva de alta competición, como son los casos de Bahrein,
Malasia, China, Turquía, Singapur, Corea del Sur, Abu Dhabi e India,
sumados a otros que podrían ingresar en el futuro, inclusive
a costa de quitar aún más carreras en Europa, que opinan y actúan de
lleno porque ya tienen sus respectivas fechas fijadas en cada
temporada con contratos multimillonarios firmados por plazos de
varios años, van desplazando a naciones con tradición y renombre.
Lo expresado
evidencia que las autoridades de la F-1 están equivocadas por
adentrarse en ambientes diametralmente opuestos, que brindan
interrogantes e inquietudes, ofreciendo
ostentosos y caros emprendimientos que dejan mucho que desear por
los diseños anodinos de las pistas donde se llevan a cabo carreras
lineales y sin mayores alternativas, excepto por las torpezas
conductivas de ciertos pilotos o cuando llueve porque se generan
variadas disyuntivas por las dificultades.
Cabe esperar que
la lógica vuelva al cuerpo ejecutivo de la F-1, que tiene un perfil
demasiado alto y contradictorio, para satisfacer los verdaderos
intereses de una auténtica competición.
Ricardo Gabriel
D`Annunzio
Este
escrito fue publicado en el Diario argentino “LA NUEVA PROVINCIA”
–
www.lanueva.com – el Viernes 8 de Octubre de 2010.
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