No existen dudas que el piloto
brasileño Gil De Ferran, (nacido en París, Francia, es brasileño por
adopción), 2000 fué el año más fructífero de toda su carrera deportiva,
y de su trayectoria dentro de la Fórmula C.A.R.T. (Championship Auto
Racing Teams, Inc.).-
Tras ingresar en 1995 en la categoría, (por entonces denominada Indy Car),
de la mano de Jim Hall (leyenda del automovilismo norteamericano),
paulatinamente fué ganando confianza y solvencia en su manera de
conducirse en el super competitivo ambiente de la Fórmula C.A.R.T..-
Se vió nétamente favorecido e impulsado por su compatriota Emerson
Fittipaldi, quien no solo ayudó con certeras directrices a los pilotos
brasileños presentes en esta categoría, sino que también supo y pudo
unirlos, para, de ésa manera, hacer que aquéllos llegaran a desempeñarse
con más tranquilidad y efectividad en un medio que a numerosos pilotos
de diversas nacionalidades les ha resultado muy difícil en su etapa de
adaptación.-
De Ferran pasó por varias escuderías de diferentes niveles en la Fórmula
C.A.R.T..- Es así como durante 1995, (en el que resultó ser “Rookie of
the Year”), y en 1996, corrió para el equipo Hall Racing.- En 1997 lo
hizo para Walker Racing, al igual que en 1998 y `99; y en 2000 fué
convocado por el estadounidense Roger Penske para ocupar la butaca que
dejara vacante el estadounidense Al Unser Jr.; una aspiración que no
pudo llegar a ver realizada el canadiense Greg Moore, desaparecido
trágicamente pocos meses antes en el óvalo de Fontana, California (EE.UU.),
mientras conducía su Reynard-Mercedes-Benz/Firestone perteneciente al
equipo Player`s/Forsythe Racing en la disputa de ése Grand Prix de
1999.-
El comienzo de la temporada 2000 de la Fórmula C.A.R.T. no resultó del
todo positivo para De Ferran; pero reaccionó poco después, y tanto él,
como el propietario Roger Penske, para el cual corría y corre en la
actualidad en el Marlboro Team Penske, supieron extraer el mejor
rendimiento de su Reynard-Honda/Firestone, el cual, a medida que
avanzaba el campeonato, era más sólido y veloz, al igual que el de su
coequiper, el también brasileño Helio Castroneves, que desde 2000 pasó a
ocupar el puesto que dejara vacío en este equipo el uruguayo Gonzalo
Rodríguez, al fallecer en un accidente a bordo de su Lola-Mercedes-Benz/Firestone
en las pruebas clasificatorias correspondientes al Grand Prix de Laguna
Seca, Monterey, California (EE.UU.), de 1999.- Castroneves supo obedecer
en su debido momento las rigurosas órdenes emanadas desde su team cuando
De Ferran se proyectó hacia el título, circunstancia en la que se vió
obligado a proteger a De Ferran de los feroces embates en pista de parte
de sus más directos rivales en la disputa por la Vanderbilt Cup,
particularmente de los del poco afortunado estadounidense Michael
Andretti (hijo del legendario Mario), quien se vió traicionado en
momentos decisivos por la curiosa fragilidad del Lola-Ford/Firestone que
le brindó su ahora ex equipo Newman/Haas Racing.-
El Sub-Campeón fué el mexicano Adrián Fernández, al mando de un Reynard-Ford/Firestone
de la escudería Patrick Racing, pero le faltó garra, aunque fuese muy
veloz durante gran parte del campeonato, y además, demostró carecer en
todo momento, y sobre todo en las instancias definitorias, de “fibra” de
campeón.-
Vale resaltar la regularidad con que encaró De Ferran la temporada
2000.- Supo administrar sus posiciones, pensar con claridad y elegir
bien los momentos adecuados para superar a sus contrincantes, y demostró
sus notables cualidades de piloto en toda clase de trazados.-
Pero De Ferran le debe, en gran medida, el logro de su título en 2000, a
Emerson Fittipaldi, ya que en la última y concluyente carrera del
calendario, disputada en Fontana, -la cual fue fragmentada en dos días
por la intensa lluvia que se abatió en el día inicial, habiendo sido
suspendida en la 33ra. vuelta-, tras adoptar el primer día la táctica de
la “liebre”, en la segunda jornada cambió diametralmente su punto de
vista, siendo mucho más cauto en su andar, como consecuencia de haber
escuchado y hecho caso a tiempo de las preocupantes y enérgicas
advertencias de Emerson Fittipaldi, debido a la dudosa confiabilidad y
durabilidad del motor Honda que equipaba a su auto.-
Ricardo Gabriel D'Annunzio
Contactar
al autor.