La dilatada
trayectoria del piloto brasileño Rubens Barrichello en
la Fórmula 1, demuestra fehacientemente tres etapas
desde que debutó con el Jordan 193-Hart/Goodyear en el
Gran Premio de Sudáfrica `93.-
La primera de
ellas llegó a su término tras el violentísimo
accidente ocurrido el Viernes 29 de Abril en el primer
entrenamiento oficial de clasificación para el Gran
Premio de San Marino `94, en el que, con un Jordan
194-Hart/Goodyear, tras perder el control del mismo,
chocó contra las protecciones de neumáticos en la
Variante Bassa, cuando circulaba a 223 Km/h, quedando
volcado a un costado de la pista.-
Tras el más serio accidente de todo su paso por la
Fórmula 1 -del que salió con heridas leves-,
Barrichello inició la segunda etapa de un concienzudo
aprendizaje junto al irlandés Eddie Jordan (Team Manager
de su propio equipo), así como al lado del escocés
Jackie Stewart, quien, bajo la tutela de Ford Motor
Company, fue propietario de la escudería Stewart Grand
Prix de 1997 a 1999, período en el que Barrichello fue
piloto titular.-
Tanto Jordan
como Stewart trataron de enseñarle a Barrichello, con
resultados inciertos, la sabiduría esencial de la
Fórmula 1 y, ante todo, que no pensase obsesivamente en
la victoria, que hasta ese momento le era tan esquiva, y
tras la cual su abnegada voluntad no descansaba.-
Sobre todo, fue Stewart quien supo aconsejar a
Barrichello en los momentos difíciles, en los que se
acumulaban competencias con escasos resultados
beneficiosos.-
La tercera etapa de Barrichello empezó desde su
incorporación a Ferrari para comenzar a correr en la
temporada 2000, ante cuyas autoridades ni siquiera por un
instante dudó en discutir su papel de segundo piloto
para secundar al alemán Michael Schumacher, ciclo en el
que, como producto natural, obtuvo su única victoria en
la categoría, en el Gran Premio de Alemania 2000, con la
Ferrari F1-2000/Bridgestone.-
A su vez,
Schumacher fue tan hábil que en varias oportunidades
comprobó las intenciones del paulista; tal y como
sucedió durante la disputa del Gran Premio de Australia
2000, donde Barrichello, con la Ferrari
F1-2000/Bridgestone, superó en plena pista a Schumacher
y se hizo provisoriamente de la punta, para poco después
ingresar a los boxes a hacer un segundo "pit
stop", innecesario para él, pero muy útil para
Schumacher, quien se hacía nuevamente del liderazgo,
gracias al mentiroso justificativo de Barrichello de
tener que volver a cambiar cubiertas y cargar
combustible.- Otra situación muy evidente se dio en el
Gran Premio de Austria 2001, donde Barrichello, con la
Ferrari F-2001/Bridgestone, le cedió su segundo puesto
asegurado a Schumacher en los últimos metros de la
carrera, tras lo cual se sucedió e incrementó una serie
de desavenencias entre Barrichello y el francés Jean
Todt (Director Deportivo de Ferrari).- En esas y en otras
circunstancias más recientes, rápidamente verificó
Schumacher que Barrichello ya le era tanto o más
obediente y sumiso que el irlandés Eddie Irvine (su
anterior coequiper en Ferrari), ante los mandatos
autoritarios del británico Ross Brawn (Director Técnico de Ferrari).-
Es curioso que
un piloto con el currículum de Barrichello se autolimite
tanto y tan abiertamente.- Máxime, teniendo en cuenta
que él fue uno de los grandes amigos y discípulos de su
talentoso compatriota Ayrton Senna.- Si Barrichello
valorara la dedicación que Senna tuvo para con él, de
ninguna manera se dejaría sojuzgar por el mediocre y
humillante trato que le brinda Ferrari.- Es lastimoso que
desde el seno de Ferrari, en el invierno europeo
2000/2001, hayan surgido declaraciones despectivas como:
"Barrichello es un joven viejo que apoya
incondicionalmente a todo el equipo".-
Asimismo, a
finales de Marzo de 2001, un acongojado y desolado
Barrichello reconoció: "Mi principal objetivo es
superar a Schumacher..."; agregando: "...hay
550 personas trabajando para él, no para mí...", y
prosiguió: "...Irvine aceptó estar a un segundo de
Michael, pero yo no, y lucho por mis ideales...".-
No beneficia al desarrollo de la Fórmula 1 que se
manifiesten tantas imposiciones de Ferrari para con sus
segundos pilotos, a quienes en los últimos años han
dejado lastimosamente de lado, descuidando y arruinando
su evolución y progreso, en pro, únicamente, de un
Schumacher avasallador.-
En Ferrari deben dejar de abusar de la buena voluntad de
los laderos de Schumacher.- Barrichello no tiene que
continuar sujeto a una situación que, por sus
características extremas, ya linda en una subyugación
ridícula.-
Ricardo Gabriel D'Annunzio
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