|   JUAN MANUEL FANGIO
          
            
			Indudablemente, hay ciertos personajes en la historia 
			de la humanidad que trascienden más allá de la profesión a la cual 
			dedican con amor y pasión su vida y en la que sobresalen. Uno de 
			ellos fue el balcarceño Juan Manuel Fangio. Tarea ingente tener que 
			describir en pocas líneas la dimensión y los atributos de semejante 
			gran hombre. De cualidades insospechadamente extraordinarias, 
			siempre fue optimista y visiblemente seguro de sí mismo. Ante todo, 
			guardó respeto por los automóviles y sus rivales. Ya desde pequeño 
			se interesó por la mecánica. De adolescente comenzó a desempeñar 
			humildemente el noble oficio de mecánico, con elementales 
			herramientas y rudimentarios autos, los cuales, sin embargo, en 
			varios casos sentaron las bases para futuros perfiles, conceptos y 
			proyectos tecnológicos. 
			  
			Cerca de llegar a los cuarenta años de edad, Fangio 
			parecía haberse acercado a una etapa en su carrera deportiva para 
			muchos difícil de superar. Al expresar abiertamente que intentaría 
			hacer su trayectoria en la ya por entonces avanzada Europa, ocasionó 
			la risa sarcástica y burlona de varios europeos, hasta que en las 
			pistas superó a excelentes pilotos, y fue quíntuple Campeón Mundial 
			de Conductores (varios años después denominado Campeonato Mundial de 
			Pilotos). 
			  
			De hecho, se “entronizó” como el mejor piloto de la 
			era antigua de la F-1. Siempre fue un caballero tras el volante y 
			fuera de los circuitos. No hablaba de más, solamente lo necesario. 
			Fangio seguirá siendo por siempre un verdadero símbolo, modelo y 
			ejemplo de corrección, valentía y esfuerzo constante ante 
			situaciones difíciles y adversas, además de un auténtico y cabal 
			prototipo de deportista. 
			  
			De la lejana y singular época en la que corrió 
			Fangio, con agrado se ven filmaciones de legendarias carreras, y la 
			voz pausada de un genio que obtuvo un unánime reconocimiento mundial 
			que no conocerá frontera alguna, y que inspira y enseña a nuevas 
			generaciones, particularmente por su inteligencia. 
			  Juan 
			Manuel Fangio, por siempre reconocido como uno de los más hábiles 
			pilotos de F-1 de todos los tiempos y el más noble y sano deportista 
			argentino. 
          	
          	
 
          
        Ricardo Gabriel D'Annunzio 
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